El Ser Humano en las Culturas de Oriente
Aproximación a la antropología en Confucio (551-479 a.C.)
Fue un reconocido cuya doctrina recibió el nombre de confucianismo. procedente de una familia arruinada, a lo largo de su vida alterno periodos con los que ejerció como maestro en otros con los cuales fue funcionario del pequeño estado de Lu. Las enseñanzas de Confucio fue ron oficializadas durante el reinado del emperador Wu, estableciéndose como la corriente de pensamiento mas popular de los 2000 años.
El confucianismo no es una religión como tal. Aunque Confucio no negó la existencia de un mundo espiritual, afirmó que era más importante concentrarse en este mundo mientras uno estaba en él.
Para este filósofo el ser humano, cuanto individuo, es un ser sabio en potencia. Sabio es el que “actúa con extrema benevolencia” (Stevenson & Haberman, 2006, p. 50). Y, puesto que el cielo ha engendrado la virtud en los seres humanos, éstos pueden ser virtuosos y llegar al Camino del Cielo, sin embargo, no es frecuente que todos puedan ser sabios.
De acuerdo con esta filosofía todos los hombres son iguales por naturaleza, pero diferentes por los resultados de los estilos de vida que eligen llevar.
Según esta filosofía, no es posible elegir sobre las circunstancias de la vida que a cada quien le toca vivir, aunque sí es posible elegir con qué actitud vivir la vida. Para Confucio “la figura moral ideal… es el ‘noble’.
No hay referncia sobre si la naturaleza del ser humano es buena o mala Mercio dirá que la naturaleza humana es buena, “sensible al sufrimiento de los otros” (Stevenson & Haberman, 2006, p. 64) y; mientras que Hsun-tsé dirá que “La naturaleza del hombre es malvada” (2006, p. 65) porque la vida de los seres humanos está movida por los deseos.
Confucio no explica cómo está constituido el ser humano, pero lo presenta como un ser de trascendencia, un ser que busca de modo individual el Camino del cielo, un ser sabio y, por eso, benevolente con los demás, sin embargo, a pesar de esa apertura al otro desde la benevolencia, no abre un camino hacia la acción ético-política que apunte a la transformación de las estructuras de injusticia social en el mundo.
La esencia de las enseñanzas se condensan en la conducta en la vida, el buen gobierno del estado (caridad justicia y respeto ala jerarquía), el cuidado de la traición, el estudio y la meditación. la base de la doctrina de Confucio es recuperar los antiguos sabios de la cultura china e influir en las costumbres del pueblo.
Aproximación a la antropología en el hinduismo (1800 a.C.)
Para hablar de la filosofía y la antropología hindúes se tendrá como punto de referencia las Upanisad, sobre todo a la Upanisad Brihad Aranyaka, uno de los principales textos escritos en los siglos VII y VIII a.C. Para el hinduismo Upanisádico todo está armónicamente interconectado; el ser humano, la naturaleza, los animales y el universo constituyen una red de relaciones. Esta filosofía estira sus raíces en el Valle del Indo, aproximadamente unos 1800 años a.C.; tiene su punto de referencia en Dios (Brahma) que al principio era visto como una realidad abstracta, aunque luego “se percibió a Dios como una deidad amorosa… y esto originó que se escribiera el clásico espiritual hindú… el Bhagavad-Gita, que significa El canto del Señor” (Keene, 2003, p. 11). Esta filosofía se encuentra condensada en los Vedas.
De acuerdo a esta filosofía, el ser humano es masculino y femenino; lo femenino tiene preponderancia en la antigua filosofía hindú, “las estatuas de diosas de esa época sugieren que su pueblo hizo énfasis en la fertilidad femenina” (Keene, 2003, p. 11). Ontológicamente está constituido por dos yoes: uno común y el otro esencial. El yo común o yo-ego (ahamkara) representa la corporeidad individual, se trata de “un yo que es transitorio y que está separado de otros yoes, es decir, el yo en cuanto ego (ahamkara) se identifica con el cuerpo y su entorno social” (Stevenson & Haberman, 2006, p. 77). El yo esencial, en cambio, representa el alma del individuo, “viene definido como atmán” (2006, p. 78) y está conectado con todas las realidades; el alma o “El yo último… es… una parte de la amplia red de interrelaciones que es la realidad” (2006, p. 77) y gracias al nirvana transita hacia el yo eterno que es infinito e idéntico al todo.En el pensamiento hindú el alma es la presencia misma de Dios en el ser humano: “El mundo interno se llama atmán, el alma, que junto con Brahma son uno solo, aunque los seres humanos no siempre se den cuenta de ello. Cuando Brahma y el alma se vuelven a unir, se alcanza el Cielo y termina el ciclo de nacimiento, vida y muerte” (Keene, 2003, p. 15). Sólo con el nirvana “el alma podrá volver a formar parte de Brahma –que es de donde surgió” (2003, p. 19).
Una enseñanza central de las Upanisads es que el verdadero yo es esa dimensión eterna de la realidad que de algún modo no difiere de la realidad suprema representada por el brahmán. En resumen, la Upanisad Brihad Aranyaka enseña que el propio yo esencial trasciende la individualidad, las limitaciones, el sufrimiento y la muerte (Stevenson & Haberman, 2006, p. 78).
El conocimiento humano se da gracias al alma que invade toda la corporeidad “lo impregna como la luz de una lámpara impregna una habitación” (Harré, 2005, p. 79). La luz emitida por el alma es el conocimiento del propio sujeto, el conocimiento de la realidad y de Brahma:
El entendimiento de la vida humana se centra en la relación entre el cuerpo y el alma, o atman. El cuerpo pertenece al mundo material que siempre está cambiando y es imperfecto, en tanto que el atman es parte de la realidad espiritual de Brahma –es perfecta, inmutable y es la verdad absoluta (Keene, 2003, p. 18).
La vida del individuo no termina con la muerte, cuando éste muere vuelve a nacer en otro cuerpo, pero “no necesariamente con forma humana” (Harré, 2005, p. 48), esto es lo que se llama reencarnación. Según las Upanisads hay dos caminos después de la muerte, uno de retorno a la vida en el mundo y, otro de no retorno. Después de la muerte los cuerpos son incinerados y, los individuos que se esforzaron por vivir en el mundo se convierten en humo y pasan a la noche y, de ahí al mundo de los ancestros, luego se dirigen a la luna, con la lluvia caen a la tierra y se convierten en comida, ésta es ingerida por algún hombre y si éste engendra hijos, aquellos vuelven a nacer; en cambio, los individuos que se esforzaron por llegar al conocimiento supremo, únicamente los maestros y sabios, se convierten en llama y pasan al mundo de los dioses, luego al sol y finalmente su unen al brahmán, esta es la de liberación o moksa que todo ser humano busca, pero que muy pocos lo consiguen (Stevenson & Haberman, 2006, pp. 79-80). Esto revela que muy pocos humanos son capaces de conocer la realidad, de conocerse a sí mismos, y de conocer a Brahma el espíritu absoluto.
Respecto de la dimensión ética del sujeto, un individuo puede llegar a ser bueno o malo y, eso depende de sus acciones, eso es lo que se llama karma. El karma es esa tensión de luchas entre las acciones y deseos presentes en el individuo, en ese intento de llegar a conocerse a sí mismo o de llegar a ser bueno.
Los hindúes creen que el karma acumulado en vidas anteriores se lleva consigo hasta la vida presente y por lo tanto determina el estado del renacimiento del alma. Cada hindú busca eliminar el efecto del karma de su próximo renacimiento viviendo una vida de caridad y abnegación (Keene, 2003, p. 19).
Así entonces, mientras muy pocos seres humanos pueden llegar a la liberación (moksa), la mayoría tienen que enfrentar un proceso de infinitas muertes y renacimientos, esto es lo que se llama samsara. Según esta filosofía, toda la vida del ser humano consiste en buscar el conocimiento último de su yo, todo individuo está desafiado a realizar buenas acciones, a ser sabio. Pues el ser humano no es ni bueno ni malo, todo depende de cada quien. Y la vida es una constante tensión por llegar a ser bueno. Para esta filosofía toda liberación es individual, el atman vuelve a unirse con Brahma “cuando alcanza la pureza total y no le afecta nada de lo que acontece en la Tierra” (Keene, 2003, p. 19), de hecho, uno de los caminos como “el yoga (es) para romper con su arraigo a este mundo” (2003, p. 33).
La filosofía hinduista asume al ser humano como un ser que está constituido de dos realidades: cuerpo (yo-ego) y alma (yo-esencial), esta última es inmortal, su postura es dualista. Según esta filosofía el ser humano forma parte del entramado del universo, esto rompe con la visión antropocéntrica; las infinitas reencarnaciones a las que los seres humanos están condenados y en las que en cada reencarnación no nace el mismo sujeto sino otro, no hacen justicia al sujeto como único e irrepetible. La compasión, virtud, libertad y voluntad como esfuerzo para alcanzar beneficios individuales junto con la experiencia del yoga como huida del mundo, no permiten que el sujeto se comprometa ética y políticamente por la justicia. Sin embargo, es una filosofía que constituye una crítica al sistema capitalista occidental centrado en el consumismo y el dominio del ser humano sobre el ser humano y sobre la naturaleza.
Aproximación a la antropología en el budismo (s. VI a.C.)
La filosofía budista surge en el norte de la India y tiene como punto de partida la experiencia vital de Siddharta Gautama, un príncipe quien nació en el 560 a.C. Al salir de su palacio Siddharta se encontró con realidades concretas como la vejez, el dolor, la muerte y la soledad, que le impactaron de tal manera hasta que llegó a la conclusión de que los placeres no son más importantes que el conocimiento de la verdad. Desde ese entonces su propósito fue llegar al conocimiento y, para ello asumió vivir en pobreza y hacer meditación.
Vio a un frágil anciano y fue testigo de cómo la vejez destruye la memoria, la belleza y la fuerza.
Vio a un inválido agobiado por el dolor; quedó impactado al ver ese sufrimiento.
Vio dolientes que lloraban en una procesión funeraria y le perturbó la congoja de la muerte.
Vio a un hombre santo que vagaba, contento y dichoso, pidiendo limosna con un tazón. (Keene, 2003, pp. 68-69).
El camino de reflexión-meditación que Siddharta emprendió para llegar al conocimiento incluyó las siguientes experiencias o cuatro nobles verdades:
Logró una introspección o reconocimiento de su propio estado de vida;
Comprendió la ley de los ciclos del nacimiento, vida y muerte del ser humano;
Advirtió que el sufrimiento es un hecho universal que tiene su raíz originante en el deseo y;
Comprendió, al fin, que el sufrimiento se supera suprimiendo los deseos;
“Descubrió que todas las personas sufren, que el sufrimiento se deriva de los anhelos del ser humano y que se detiene al eliminar los anhelos” (Keene, 2003, p. 69). El trayecto que Siddharta, además de las cuatro nobles verdades, incluyó también un camino intermedio al que lo llamó el camino óctuple mismo que implica rectitud: recto entender, recto amor, recto hablar, recto actuar, recto vivir, recto pensar, recta atención y recta concentración.
Entendimiento de las cuatro nobles verdades.
Pensamientos dirigidos a amar todas las formas de vida, incluso la más humilde.
Palabras puras, nobles y bien intencionadas.
Acciones correctas que involucran comportamiento moral, ser considerado con los demás y mostrar bondad a todas las criaturas vivas.
Forma de vida correcta.
Esfuerzo para evitar pensamientos malos.
Atención consciente de las necesidades de los demás.
Concentración a través del uso de la meditación, que permite a una persona estar tranquila y en paz consigo misma y con el mundo (Keene, 2003, p. 75)
En la filosofía budista toda la realidad es constante cambio, nada permanece; también el ser humano es cambiante, “El ciclo de nacimiento, vida y muerte significa que nada en la existencia es permanente y que todo es en estado de constante flujo. A esto se le conoce como anicca, que significa ‘impermanencia’” (Keene, 2003, p. 76). Pero “Cuando los seres humanos se esfuerzan por la permanencia el resultado es el sufrimiento o dukka” (p.76).
El ser humano está conformado de modo dual, de cuerpo y alma: “el alma no es más que un conjunto de experiencias que se evapora al momento de la muerte” (p.77). La muerte, cuanto evento transitorio, puede conducir al samsara que es el infinito número de nacimientos, vidas y muertes o, al nirvana que es “‘el lugar de la serenidad’, es el estado en el que las flamas de la pasión y la avaricia se han extinguido” (p.77). Alcanzar el nirvana o el samsara depende del karma que es “La suma de las acciones humanas” (p.77) que pueden ser buenas o malas. De acuerdo con el budismo, todo ser humano busca “amorosa bondad, compasión, alegría y serenidad –estados del ser al que todos aspiran” (Keene, 2003, p. 80), pero para pasar de la aspiración al logro el camino exige muchas renuncias. La vida moral del ser humano se funda en cinco preceptos que apuntan a evitar aquello que puede dañar al sujeto, que puede dañar al otro y a la naturaleza:
Evitar destruir o dañar a cualquier ser vivo.
Evitar tomar lo que no es dado.
Evitar cualquier inmoralidad sexual.
Evitar todo discurso innecesario como la mentira, los rumores y el chismorreo.
Evitar el contacto con las drogas y el alcohol, porque pueden nublar la mente y el juicio (Keene, 2003, p. 77).
Para esta filosofía el camino del bien que todo ser humano busca constituye un esfuerzo personal que de modo indirecto tiene impactos sociales, sin embargo, ética y políticamente hablando no es una decisión que apunta a la transformación de las realidades sociales injustas sino una forma de evitar el samsara para alcanzar el nirvana que es una forma de
liberación individual.
La filosofía budista comprende al ser humano como un ser constituido de cuerpo y alma y, esta última es inmortal. Presenta al ser humano como un ser capaz de “amorosa bondad, compasión, alegría y serenidad–estados del ser al que todos aspiran” (Keene, 2003, p. 80)”. La bondad constituye uno de los principios que le ayudan al ser humano a romper con las reencarnaciones y, aunque no son opciones ético-políticas en favor de un mundo mejor, resultan ser un punto de quiebre y crítica al sistema social capitalista de occidente que está centrado en el poder del capital y de dominio.
Todas las filosofías orientales, desde sus visiones intimistas, cuestionan el modo de vida occidental centrado en el mercado y el consumo, promoviendo así la liberación, que más allá de ser personal, desde una perspectiva de la vida, ha de ser social y ecológica.
Fuentes:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-46573005
Ser humano: un proyecto inconcluso (Vicente Plasencia Llanos).
https://www.caracteristicas.co/budismo/
Información y características, EL BUDISMO
https://es.wikipedia.org/wiki/Confucio
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